Un rincón oscuro en el alma de un poeta

Siento en silencio aquel sonido de un susurro que te solloza surcando por viento sabido,  suerte entre pétalos de rosa. Un paradigma del paraíso perdido entre unos pliegos de paz perturbando así en tono preciso a parias que no amaron jamás. Callando como si queriendo calmarme cayera en locura conduciéndome, así corriendo y casi perdiendo mi albura. Recorro el recóndito paraje miles de rosas riendo en su aroma rondando en el redondo paisaje circulo cuarto del paraíso en Roma. No llores más, niña, tus llagas llegarán a sanar llevando mucha lluvia y viento a las plagas y así tu sollozo callando.

Te vi entre sueños y lapsos de lucidez Tú corrías del mundo con una leve pesadez Abriendo mil puertas con la llave que no vez Peleando y muriendo, volando con languidez. Cambiabas en blanco y negro con las estaciones Divagando como hoja en el viento de las pasiones Convulsa, dilatando sueños y sensaciones Navegando entre mares de canciones. Y aun sabiendo que no existes, yo juro que te vi Pues la bruma del paisaje dibujaba una silueta La cual era semejante a la misma que perdí Entre sueños e irreales divagaciones de poeta. Nacías y morías una vez y mil veces más Real y tan lejana como la fantasía misma Irracional en mis memorias como las veces que besarás Acariciada por el viento bajo la luz del prisma. Pero incluso las estrellas susurraban a tu oído Siguiéndote en el paso del paisaje diluido Mientras corrías escapando del olvido Recordando un recuerdo de la mente abstraído. Pero tú no eras real, ni nada realmente lo era Pues la re