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Mostrando entradas de julio, 2014

Soledad (Justificando la vida)

Un día quise estar solo, me alejé del mundo salí del protocolo lejos del cielo inmundo. Camine y no sé cuantos pasos, no sé cuantos sueños pase de largo tal vez quede abrazado en varios brazos y sus ojos tristes en mi maleta los cargo. Y me alejé tanto y tanto que no había soledad en el paraje veía el mundo lejano y sin encanto vi a mi alma, peso muerto en mi equipaje. Miré atrás como añorando y decidí volver al mundo del que estaba escapando entre la niebla que se muere sin querer. Volví y encontré vida pero solo veía muerte la sociedad es un alma destruida y el estar solo supongo era mi suerte.

Paisaje

Un cielo azul lleno de nubes Grises y blancas, negras y grises Un campo verde entre verdes flores Y tréboles e insectos y amantes y amores. Un viento frío en el cálido sol Una luciérnaga en la luz del farol, La oscura silueta de un girasol Dando sombra a una planta, un frijol. Un muerto enraizado entre flores Flor de plástico podrida de amores, Sueños soñados por los servidores Arcoíris de unicolores. Un paisaje de ensueño Aroma del viento en un cuarto pequeño Un horizonte de bruma, fallido diseño Entre pájaros cojos, de su pena me adueño. Miré al cielo buscando esperanza Miré al suelo y encontré tu añoranza Y en el horizonte golondrina que danza No pude mirar más que muerte y venganza. Agobiado el paisaje Tan lleno de ti y ligero de ropaje Se muere triste desde el día que extraje Esa imagen santa, verbo de mi lenguaje. Yo nada buscaba pues nada pretendo Un día más quería seguir viviendo Pero solo encontré tu ausencia ard...

Por si vuelves

Eres el pincel con el que pinto mi tristeza con los mismos colores que antes tanto amaba, desdicha simple y cotidiana es tu belleza te idolatré, mientras mi mano desangraba. Fugaz y eterna fuiste espina y fuiste rosa yo te amaba loco y triste día tras día y tú me amaste (yo lo sé) tan bondadosa pusiste luz en mi claro oscuro de agonía. Siempre y nunca estuviste ahí conmigo me mirabas desde lejos tan cercana, un día cobijado en tu abrigo comprendí tu tibio aroma en la mañana. Hoy no te espero, no te amo ni te anhelo solo recuerdo que un día me dijiste te amo pero eras bruma que pasaste sobre el suelo te tuve en mi, no pude verte y aún no veo. No quiero nada ya de ti pues fuiste mala y yo te amaba triste y solo en mi derrota no vengas más que si tu aroma el cuerpo inhala no volaré ya nunca más, pobre gaviota. Pero si vuelves aún así por el destino, perdóname por perdonarte aunque no deba y si no vuelves nunca más amargo vino te esperaré porque no espero vuelva...