Un rincón oscuro en el alma de un poeta

Duraremos una eternidad en encontrarnos  después de vernos tan distintos en los otros   recordando nada más que solo amarnos     escapando del mundo entre nosotros. Siendo después tan efímeros,  tan ligeros que volamos consumiendonos dos rosas marchitas entre pájaros      el olvido y la tristeza ya cubriendonos. Y amaremos sin querernos a nosotros dando todo al ser feliz en el momento,  con los brazos lastimados abrazarnos   pensando que el corazón no hubiese muerto .    Y amaremos sin querernos a nosotros dando todo al ser feliz en el momento    con los brazos lastimados abrazarnos  pensando que el corazón no hubiese muerto.       Viviremos el presente como si nada más hubiese existido antes                   huyendo de los nuestros, para ahí             fenecer como hacen los amantes.                             Tan tristes amaremos sin tocarnos           al saber que juntos no existimos, el mundo desvaneciendose al sentirnos     

La tibia lluvia mojándome el rostro tu mano fría entrelazando la mía mis ojos tristes dibujandose en los tuyos tus ojos negros opacando el universo los trinos grises de las golondrinas suaves el fuerte viento acariciando tus cabellos movimiento dulce de tus labios palabras salen de tu boca sin sonido sonidos llegan sin querer a los oídos la mente en blanco recibiendo mil imágenes la nada latente en tu tez blanca el todo ausente en el lunar de tu mejilla tus ojos grises ahora tan indolentes palabras sucias rebotando en las paredes un sueño para soñar sin consecuencias cerrar los ojos y despertar de todo abrirlos y desintegrar el mundo seguirte viendo ahí a pesar de todo quererte sin quererme y también sin compromiso miles de sensaciones y no sentir nada volar contigo aunque no tengas alas caer en un abismo donde no exista dios emerger de algún modo en tus extrañas fantasías nadar por el café de tus cabellos rubios llegar hasta la sien y al cenit de tu existencia

Siento en silencio aquel sonido de un susurro que te solloza surcando por viento sabido,  suerte entre pétalos de rosa. Un paradigma del paraíso perdido entre unos pliegos de paz perturbando así en tono preciso a parias que no amaron jamás. Callando como si queriendo calmarme cayera en locura conduciéndome, así corriendo y casi perdiendo mi albura. Recorro el recóndito paraje miles de rosas riendo en su aroma rondando en el redondo paisaje circulo cuarto del paraíso en Roma. No llores más, niña, tus llagas llegarán a sanar llevando mucha lluvia y viento a las plagas y así tu sollozo callando.

Te vi entre sueños y lapsos de lucidez Tú corrías del mundo con una leve pesadez Abriendo mil puertas con la llave que no vez Peleando y muriendo, volando con languidez. Cambiabas en blanco y negro con las estaciones Divagando como hoja en el viento de las pasiones Convulsa, dilatando sueños y sensaciones Navegando entre mares de canciones. Y aun sabiendo que no existes, yo juro que te vi Pues la bruma del paisaje dibujaba una silueta La cual era semejante a la misma que perdí Entre sueños e irreales divagaciones de poeta. Nacías y morías una vez y mil veces más Real y tan lejana como la fantasía misma Irracional en mis memorias como las veces que besarás Acariciada por el viento bajo la luz del prisma. Pero incluso las estrellas susurraban a tu oído Siguiéndote en el paso del paisaje diluido Mientras corrías escapando del olvido Recordando un recuerdo de la mente abstraído. Pero tú no eras real, ni nada realmente lo era Pues la re

Vivir está subestimado yo morí hace siete años ya todo este tiempo no he soñado ¿La vida dónde acabará? Flores, llanto y compañía todo eso llevo conmigo si en la vida no tuve alegría en la muerte encontré un abrigo. La muerte trajo tu visita pues tú a mi nunca me amaste en sangre la verdad sea escrita hoy tu eterno amor me juraste. Pero yo sé que no me amas tú adoras la soga en mi cuello, tambaleando mi cuerpo en las ramas el paisaje volviose más bello. Tu rostro aún guarda la escena de aquel día en que me encontraste la muerte en caricia ajena cautivó a quien tu dejaste. Si me amarás morirías conmigo estarías aquí en mi desgracia y tan muerto abrazado contigo como flor delicada de acacia. Algún día dijiste querida que el amor es algo relativo, dime hoy como calmo esta herida con aquel tu lenguaje lascivo. ¿Y si mueres hoy vida mía el amor que también me juraste será nuestro como el alma ansía o morirá en lagr