Preludio
Siento en silencio aquel sonido de un susurro que te solloza surcando por viento sabido, suerte entre pétalos de rosa. Un paradigma del paraíso perdido entre unos pliegos de paz perturbando así en tono preciso a parias que no amaron jamás. Callando como si queriendo calmarme cayera en locura conduciéndome, así corriendo y casi perdiendo mi albura. Recorro el recóndito paraje miles de rosas riendo en su aroma rondando en el redondo paisaje circulo cuarto del paraíso en Roma. No llores más, niña, tus llagas llegarán a sanar llevando mucha lluvia y viento a las plagas y así tu sollozo callando.