Un amor que no he de amar
El silencio corroía las paredes
en la blanca soledad de la tristeza
que es un sueño anhelante de placeres
navegando en el mar de la belleza.
Y es el viento el que condena mis dolores
(trágica pasión ilusionada)
con su brisa que recuerda mil amores
y mi sonrisa (una llama consumada).
¡No me ames con tus sueños delirantes!
no me digas que hoy me vas a hablar
si tus ojos del sol viven distantes,
si mis letras no sirven para amar.
¡Déjame! No sostengas mi mano temblorosa,
el sentimiento es una flor para arrancar
¡Déjame! Suspira tu pasión tan tormentosa
que una caricia al corazón hará sangrar.
Por eso hoy solo moriré en lejanía
tus ojos no me verán ya mas sangrar
mientras escribo yo esta triste letanía
con la historia de este amor que no he de amar.