Reiterándote

Un beso me permitía acariciar tus labios,
Rosadas rosas en la sombra de tus ojos
Oscurecidos entre estrellas sin agravios
Brillando al reflejarse en mis abrojos.

Una plegaría te entregue con una rosa
¡Ámame! –gritaba aún sin hablarte-
Pero tú siempre, tan distante, tan hermosa
Escapabas entre el placer (soñarte).

El silencio fue siempre, siempre tuyo,
Alegorías que imagino al recordarte
Pues el camino es largo mientras huyo
Sin esperanza de poder algún día amarte.

Un cuchillo enterré en ti
En tu ausente silueta que me acosa
Lo siento, tan solo me perdí
Y la sangre, tu color ¡Oh tan hermosa!

Lluvia y llanto entre tus llagas
Soledad en el silencio de los sueños
No fui yo el que escapó para que salgas
Fuiste tú quien me mataste y aún no he muerto.

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