En la pared el reloj, su lenta marcha de manecillas apuntaban la dirección de un nuevo día (tic, tac, tic, tac, tic, tac, tic tac), viernes otra vez, el sueño se desvanece con un bocado de cerveza, 3am, me acosté hace dos horas y aun así no he podido dormir, debería ir a trabajar a las 7 si no me hubiesen visto fumando hierba en el baño del hospital, traumatología piso 5, ¡Qué hermosa vista de la ciudad parado en ese inodoro! (tic, tac, tic, tac, tic, tac); mejor me levantaré un rato a ver la tele, los niños muertos en Syria siempre me hacen olvidarme de mi mismo, -presiono el botón encender- la pantalla parpadea pequeñas luces blancas y negras que se mueven como hormigas bailando con el sonido de la estática, no hay señal, mejor leeré un poco, voy al estante y agarro el libro de siempre, Werther de Goethe, sus hojas arrugadas me hacen olvidar que alguna vez fue nuevo, vuelven incomprensible la mancha de sangre que quedó al cortarme con su filo, abro en una página al azar y leo....