Diarios Extimos 6 "Los ojos de la gente"

Vivo con pereza de la vida, mi existencia es tan intrascendente como la de todos los demás, deambulo por las calles sin saber a donde ir, pero inconscientemente busco algo al caminar, la mirada vaga de la gente pasa juzgando, una sonrisa se dibuja en mi rostro con el solo propósito de acallar la incomodidad resultante de la necesaria convivencia, la vida sería más fácil sin vernos a los ojos, a los demás les genera confianza que alguien los mire fijamente a los ojos, yo al contrario me siento invadido por una serie de pensamientos malvados que me conllevan a imaginar los mil y un prejuicios de la gente sobre mi y los demás. Si nos interesásemos menos por lo que hace el otro tal vez fuésemos más felices, todos actuamos mal con los demás para ocultar nuestra propia infelicidad, existimos falsamente bajo acciones que definen quienes somos, pero que han sido previamente analizadas para dar x o y impresión para el resto.

La imagen de uno mismo es muy manipulable, mucho más tomando en cuenta el efecto que las redes sociales tienen en nuestra vida, yo mismo he sabido venderme como una persona de bien para la sociedad, un ente funcional que es feliz y lleva una vida social plena (Todo esto mientras que cada tiempo publico poesía triste escrita por alguien con poca idea de como vivir); y es que solo hay que saber como mendigar atención para ser feliz, porque la felicidad no está en uno mismo, sino en los demás que mientras por su cuenta fingen ser felices te envidian al creer que tú lo eres de verdad.

Esta necesidad tan absurda de mirar al otro mientras se conversa me parece hasta un poco perversa, las palabras pueden ocultar las inseguridades de cada quien, pero con una mirada todas las máscaras se ven propensas a caer. No me gusta que me miren a los ojos, pero en realidad odio el comentario que ocurre después de eso "tienes unos ojos bonitos, pero se ven muy tristes" no quiero creer que soy eso, o que es lo único que se puede ver en mi, aún en el más oscuro túnel la gente es capaz de ver una luz y al hacerlo sobre eso es lo que deciden hablar, no de la oscuridad.

Si nuestras miradas se cruzasen sabrías que no he logrado encontrarte en alguien más.

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